Roma, la ciudad eterna

17/Nov/2016

Radio Jai, por Malena Schvartz

Roma, la ciudad eterna

Es una de las ciudades más antiguas en la historia del mundo. Imperios que la gobernaron, gladiadores que dieron sus vidas por sus emperadores y las diferentes guerras que la recorrieron a lo largo de su historia hicieron a la capital italiana tal como es ahora.
Con dos millones y medio de habitantes, es una de las ciudades más recorridas y visitadas por el turismo mundial. Tanto por sus históricos monumentos como por su imponente arquitectura.
Entre ellos está el Coliseo, la postal de esta ciudad. Con más de 2000 años de antigüedad, y gracias a sus ruinas y objetos que todavía están en exposición, hacen un recorrido por la historia del imperio romano en el siglo XXI. Al igual que el Arco de Constantino y el Foro Romano, que era la zona en la que se desarrollaba la vida pública y religiosa en la antigua Roma.
Por otro lado, está el Panteón de Agripa, también conocido como el Panteón de Roma, una de las obras maestras de la arquitectura de la capital italiana y que fue donado al Papa Bonifacio IV para transformarlo en una iglesia siendo el por qué de su perfecto mantenimiento, comparado con otros edificios que conservan la misma antigüedad en Roma.
Sin dudas, a Roma hay que caminarla. Más allá de que hoy se haya convertido en una metrópoli ciento por ciento europea, vale la pena. Así, se llega a descubrir uno de los barrios más conocidos de esta ciudad: El Trastevere. Su atmósfera bohemia y tranquila es capaz de encandilar a los turistas mientras que no deja de atraer a los asiduos ciudadanos romanos.
Cerca de la zona histórica romana se encuentra un edificio muy conocido por su grandeza. El Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II está situado en la Piazza Venezia. Fue inaugurado en 1911 para rendir homenaje a Víctor Manuel II, primer rey de Italia tras su unificación.
Sin embargo, no son los edificios los que hacen de Roma una ciudad conocida en el mundo. El arte, es uno de los protagonistas de esta cultura tan particular. Por ello las fuentes son un símbolo típico de Italia. Como la famosa Fontana di Trevi que es la fuente más grande de la ciudad. Además de ser un punto de encuentro para muchos, y haber sido la protagonista de una de las películas más conocidas del cine antiguo, hay una leyenda que, a pesar de no creer en los presagios, no existe turista que no lo haga: el mito, nacido con la película “Tres monedas en la fuente” en 1954, dice lo siguiente: Si arrojas una moneda: volverás a Roma. Si son dos, encontrarás el amor con un italiano. Y si tirás tres, te vas a casar con la persona que conociste. Y, como si fuera poco, para que esto funcione es recomendable lanzar la moneda con la mano derecha sobre el hombro izquierdo.
En cada plaza de Roma existe, mínimo, una fuente. Sea del tamaño que sea y tenga la importancia que tenga. Como ocurre en la Plaza de la República, que fue construida durante el desarrollo urbanístico llevado a cabo tras la capitalidad de Roma y es una de las plazas principales más lindas de la ciudad. Claro que está formada por una gran rotonda en la que se sitúa una preciosa fuente, rodeada por imponentes edificios a un lado y un templo con apariencia derruida al otro.
Plazas y lugares de encuentro no faltan jamás en Roma: La Piazza del Popolo, Il Campo dei Fiori, Piazza Spagna -uno de los lugares de mayor ocio en la ciudad- son algunas de las tantas que se pueden visitar. También están situados en la Plaza del Campidoglio los Museos Capitolinos que constituyen el principal museo municipal de Roma e incluyen famosas pinturas de autores de la talla de Caravaggio, Tiziano, Rubens y Tintoretto, además de una gran colección de bustos de personajes ilustres. Y, además, uno de los principales atractivos: la figura original de la Loba Capitolina.
Una gran y única particularidad de Roma es que dentro de la ciudad existe un Estado independiente: el Vaticano. Una ciudad-estado que se encuentra situada en el corazón de la ciudad y por supuesto que es mundialmente conocido por ser el centro de la Iglesia Católica. Se trata del estado más pequeño de toda Europa ya que tiene tan sólo 0,44 kilómetros cuadrados y entre sus murallas viven menos de 1.000 personas. Es la residencia del Papa y está construido como si fuese un palacio rodeado de jardines. La independencia de la Santa Sede respecto a Italia se declaró en el año 1929 mediante los Pactos de Letrán.
A pesar de que la sede católica se radique en Roma, tiene una de las poblaciones judías más numerosas de Italia y cuenta con una de las más antiguas comunidades judías del mundo.
La comunidad judía tiene una vida muy activa en lo que respecta como sociedad. Se concentran, en especial, en una pequeña zona junto al río Tíber, donde los antepasados judíos fueron agrupados en un ghetto.
Precisamente en este ghetto, un barrio lleno de historia, se encuentra el Museo Judío de Roma, junto al Templo Mayor, abierto desde 1960 para acoger los testimonios de la comunidad judía de Roma.
No sólo la imponente sinagoga del 1874, frente a la isla Tiberina, enamora a los turistas que la visitan, sino también los restos romanos, medievales y renacentistas de Vía del Pórtico D’Ottavia, centro simbólico del barrio junto con la plaza de Le Cinque Scole.
En el gueto de Roma se pueden probar los auténticos platos de la cocina tradicional romano-judía y elegir entre los numerosos locales kosher que existen y que ofrecen además una excelente pastelería. Algo muy particular de esta comunidad judeo-italiana es su casi completa discrepancia con otras comunidades judías en el mundo –como la ashkenazí o la sefaradí-.
El gueto es también un lugar de la memoria. Son numerosos los restos que recuerdan la persecución fascista nazi y una de sus plazas lleva el nombre de la mayor detención de judíos de la historia de Italia: Plaza 16 de octubre 1943.
La Roma judía no se limita al perímetro del gueto. En toda la ciudad se pueden visitar numerosos templos de distintas comunidades y descubrir las huellas de la antigua presencia judía incluso en el foro romano.